Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Timoteo 3, 1-10

1 Es cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de epíscopo,
desea una noble función.

2 Es, pues, necesario que el epíscopo sea irreprensible, casado una
sola vez, sobrio, sensato, educado, hospitalario, apto para enseñar,

3 ni bebedor ni violento, sino moderado, enemigo de pendencias,
desprendido del dinero,

4 que gobierne bien su propia casa y mantenga sumisos a sus hijos con
toda dignidad;

5 pues si alguno no es capaz de gobernar su propia casa, ¿cómo podrá
cuidar de la Iglesia de Dios?

6 Que no sea neófito, no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la
misma condenación del Diablo.


7 Es necesario también que tenga buena fama entre los de fuera, para
que no caiga en descrédito y en las redes del Diablo.

8 También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber
mucho vino ni a negocios sucios;

9 que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura.

10 Primero se les someterá a prueba y después, si fuesen
irreprensibles, serán diáconos.